3.6. EQUIPOS DE CLASIFICACIÓN EN LÍNEA DE FRUTAS Y HORTALIZAS

1. PRÁCTICA HABITUAL UTILIZADA

Una de las características más valoradas por los consumidores en frutas y hortalizas, es que sean atractivas y homogéneas en cuanto a calibre, color y calidad interna. Para la consecución de este objetivo, se hace necesario implantar en las líneas de producción de las centrales hortofrutícolas clasificadoras automáticas, para que de esta manera podamos conseguir un producto homogéneo en cuanto a parámetros de color, tamaño y calidad organoléptica.

2. DESCRIPCIÓN TÉCNICA DE LA BUENA PRÁCTICA

Estos equipos de clasificación en línea se basan en sistemas de visión artificial que consisten en cámaras colocadas en las líneas de procesado, las cuales captan imágenes que posteriormente son analizadas por un software. Estas imágenes permiten detectar defectos de forma, color o daños mecánicos, así como la calidad interna de los productos.

Requisitos para la implementación

  • Estos equipos tienen gran versatilidad de adaptación tanto al producto como a la línea de procesado de cualquier central hortofrutícola.

Ventajas

  • Separación de la fruta en función de la calidad.
  • Homogenización del producto en base a tamaño y color.
  • Identificación y eliminación de frutas y hortalizas con daño mecánico.

Inconvenientes

  • Calibración de las cámaras de visión artificial en función del producto y parámetro a evaluar.
  • Costes económicos de implantación.

3. BENCHMARKING (ventajas comparativas)

Ventajas comparativas económicas

  • El uso de equipos de calibración o selección permite obtener un producto homogéneo de mayor calidad visual y sensorial, así como más seguro microbiológicamente, ya que se minimiza la manipulación del producto.

Ventajas comparativas medioambientales

  • El uso de esta tecnología permite reducir las pérdidas postcosecha por manipulación del producto, presencia de daños, etc., disminuyendo los residuos o subproductos generados.

Ventajas comparativas sociales

  • La implantación de esta tecnología supone una reducción de personal en las centrales hortofrutícolas, aunque en contraposición puede dar lugar a un incremento de la demanda de mano de obra en campo ya que aumenta la capacidad de procesado de la central. Por otro lado, incrementa la calidad de los productos, lo cual afianza las ventas de la empresa y por consiguiente los puestos de trabajo asociados.
  • Compartir en